Luego del naufragio en el orden federal de la Ley 26.571 (PASO), la mayoría de los integrantes de la oposición buscaron cobijarse en el discurso legislativo para las generales de Octubre, cuando en realidad estamos frente a una elección presidencial, como bien dijimos en alguna nota anterior, muchos estaban preocupados por buscar una forma de sortear la Constitución y sumarle una nueva vuelta al sistema creado por nuestra Carta Fundamental, cuestión que ahora frente a los datos de las “PASO” se ha transformado casi en una quimera eso de la “Candidatura única” y el “voto útil” donde el ciudadano encausaría por si mismo el voto al opositor más votado y de esa forma estaríamos frente a una segunda vuelta, que a nuestro entender sería una tercera.
Desde los partidos políticos o alianzas electorales transitorias en estos momentos, se traza un nuevo camino en la “ingeniería electoral”, buscando instalar el discurso del "peligro institucional", si el oficialismo obtiene una sobrada mayoría parlamentaria, es por ello que ahora todas sus fuerzas apuntaran a ganar bancas tanto en diputados como en el senado para contrarrestar el poder del oficialismo.
Los “frenos y contrapesos” muy desarrollada por la doctrina norteamericana (El Federalista) y tomada por nuestros constituyentes en 1853/60 tiene un solo sentido, no darle todo el poder a uno solo, sino que la idea central es generar mecanismos que permitan que un poder se controle con el otro, y así también que existan controles intraorganos de cada uno, como los frenos y contrapesos existentes entre las cámaras congresionales.
En la realidad, el pasado 14 de agosto, mediante el voto en las PASO la sociedad le dio un triunfo abrumador al oficialismo, en todos los órdenes, llegando algunos intendentes en la provincia de Buenos Aires, a trepar al 70% de votos positivos, obviamente que la verdadera elección es en Octubre, pero esta elección, la cual algunos candidatos opositores la denominaron la “gran encuesta”, han desvirtuado su finalidad y ahora ante la imposibilidad de no poder minizar sus efectos, buscan transformar una elección presidencial en legislativa.
Entendemos que debe existir una reconciliación entre los partidos y la sociedad; el ciudadano, de ARRIBA, del MEDIO y de ABAJO (Orwell) se expresa mediante el voto, y no podemos cargar culpas sobre cuestiones de comunicación y propaganda, entre otras causales, sino que en realidad, estas instituciones fundamentales del sistema democrático (Art. 38 CN) desde la crisis del 2001 no pudieron, no supieron y no quieren renovar y cambiar sus cuadros dirigenciales, y buscan mediante mecanismos e ingeniería electoral hacer “magia”; este es el momento de replantear con madurez y responsabilidad política que hasta hoy no se supero la crisis de representación del 2001.
La oposición tuvo una gran oportunidad, cuando el 28 de junio de 2009 se alzo con casi el 70% del voto de la ciudadanía, rencillas publicas, nombres propios, mezquindades y la lucha por protagonismo, no permitió generar en el electorado la seguridad que necesita para depositar su confianza, creemos que Octubre va a ser un nuevo “paso” en falso, por ello, luego de la elección es el momento para pensar y reconstruir esos lazos o tejidos comunicantes entre los partidos y sociedad.
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