Cada día feriado en nuestra
sociedad ha adquirido un particular significado que pasa por revisar
febrilmente el almanaque, hacer cálculos en cuanto a la disponibilidad
financiera, y planificar después para disfrutar de un nuevo descanso “puente” o
simplemente de un fin de semana largo. Claramente, se perdió el sentido y
finalidad de los mismos, ya nadie se preocupa y ocupa de rendir un homenaje sincero
o recordar cabalmente a nuestros próceres, o a reflexionar sobre algún
acontecimiento histórico que haya merecido tal distinción.
En pocos días más festejaremos
un nuevo 1º de mayo, fecha que por Ley 25.863 se declaró como Día Nacional de la Constitución Nacional
en conmemoración de su sanción, acaecida el mismodía, pero de 1853, en la
ciudad de Santa Fe.
Sería razonable y saludable
desde el punto de vista cívico, que el Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología de la Nación, las autoridades educativas de las distintas
jurisdicciones y el Consejo Federal de Cultura y Educación, promuevan la inclusión
de jornadas alusivas a éste día nacional en los respectivos calendarios
escolares y académicos de los niveles medio y superior, que se encuentra
establecida en la mencionada ley, pero que al día de la
fecha se encuentra incumplida.
Pero, más allá de toda
crítica, resultaría valioso reflexionar sobre los significados, importancia y
efectividad de los postulados normativos de nuestra Constitución,
particularmente sobre la consagración de derechos y garantías de sus habitantes,
la definición y observancia de los valores democráticos. Allí radica su real
valor como “carta de navegación” de nuestra comunidad, como un verdadero contrato
social por el cual se limita al poder, se ordena el mismo, se garantizan
nuestros derechos y libertades, y así el pueblo encuentra un marco jurídico
superior en donde puede desarrollar sus esperanzas e ideales.
La Constitución debe ser entendida
como una herramienta de progreso para la conformación de una verdadera
República. Es por ello, que esta fecha debe ser un tributo a aquellos hombres
que buscaron brindarnos un texto que nos sirva para crecer como pueblo y ser
una Nación moderna, civilizada y plena de libertades.
El texto fundamental, posee
dentro de su articulado una amplia protección a los derechos de todos y las
garantías para hacerlos efectivos; la “progresividad” de los derechos nos
obliga a comprender el alcance de los mismos, y la amplitud de la protección a
cada uno de los habitantes de la República, y de esta forma comprender en las palabras
del constituyente quien afirmó que la Constitución Argentina es el pueblo de la
Nación hecho Ley. Ésta es la más perfecta síntesis de nuestro texto fundacional
y la justificación más precisa de conmemorar su sanción.
En suma, éste debe ser un
mensaje para todos, sin excepción: la Constitución debe honrarse, respetarse y
obedecerse todos los días, por cuanto en ella está expresada la soberanía
popular, que no es más ni menos que la voluntad del pueblo que habita la Nación
argentina. Esta fecha nos debe invitar a debatir y reflexionar, a entender que,
para vivir en libertad, donde se respeten cada uno de nuestros derechos, es
necesario atenernos al mandato constitucional, para algún día vivir plenamente
en un Estado Constitucional y Convencional de Derecho.
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