En medio de esta
verdadera comedia de enredos que tiene como protagonistas a la Casa Rosada y el
gobierno de Mauricio Macri, el Poder Ejecutivo Nacional impulsa una iniciativa
buscando que el Congreso de la
Nación ratifique la transferencia a la Ciudad de Buenos Aires del
servicio de transporte subterráneo y Premetro, apoyándose en el Acta acuerdo firmada
en 3 de enero de éste año.
El proyecto apunta,
según se desprende de los considerandos de la iniciativa, cumplir con el
sistema federal de gobierno, fundando la misma en la necesidad de llevar
adelante una distribución equitativa y justa de los recursos del Estado
Nacional. Según esta óptica, la
Ciudad de Buenos Aires goza de una mejor situación, en lo
referente a los servicios públicos, que el resto de las provincias que integran
el Estado Federal, y que tal Acta significa reafirmar el federalismo
establecido en nuestra Constitución Nacional.
Pero el federalismo no
se resuelve y define únicamente con la transferencia de competencias, servicios
y funciones, al Estado Autónomo o a una Provincia, sino que el federalismo, se
debe zanjar indefectiblemente con el cumplimiento de la Carta Fundamental ,
es decir, cumpliendo con lo dictado en la Ley de Cooparticipación Federal.
Más federalismo, implica
debatir sobre la distribución de fondos que, como dice la Ley : “se efectuará en
relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas
contemplando criterios objetivos de reparto; será equitativa, solidaria y dará prioridad al logro de un grado equivalente
de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el
territorio nacional”. Hacer interpretaciones antojadizas de este texto
para reeditar viejas antinomias entre los porteños y el interior, no sólo es
una maniobra imprudente y torpe desde el punto de vista político, sino que
traiciona el espíritu de la ley y lesiona gravemente el necesario equilibrio
entre los integrantes de nuestra república.
Nuestro Constitución
establece también que “No habrá
transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación
de recursos, aprobada por Ley del Congreso cuando correspondiere y por la
provincia interesada o la ciudad de Buenos Aires en su caso”. De esta
manera se define también al federalismo desde la asignación de los recursos, y
en la sabiduría de la
Carta Magna , se establecen límites al Gobierno Federal que no
podrá bajo ningún aspecto utilizar los recursos del Estado como herramienta de
presión política ni variable para dirimir sus diferencias con otros estamentos
de la estructura federal de gobierno tal como sucedió en la década del ’90.
El federalismo
correctamente interpretado determina un modelo de convivencia como nación que
implica además el ejercicio del debate y el consenso como herramienta para la
construcción colectiva de un país, con respeto y tolerancia en las diferencias. Por estos valores debemos
repudiar los intentos de usar nuestro mayor texto político para solventar imaginarias
luchas intestinas, y hacer, definitivamente, del cumplimiento de la letra de
nuestra Constitución esa hoja de ruta que nos permita transitar el camino
luminoso hacia una Argentina con mas igualdad, equilibrada, con mayor
desarrollo, y mejor calidad de vida para todos sus ciudadanos.
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